LA IZQUIERDA EN MÉXICO

  Por décadas en México se ha hecho referencia de una izquierda, pero esta es una izquierda de corte muy Nacional sin entrar a las corrientes de las distintas ideologías propiamente dichas o catalogadas como izquierdas, llámese socialismo, comunismo, social democracia etc. y desde un punto de vista no va más allá de la repartición de prebendas o ayudas ciudadanas, entre otras. Ese es el problema fundamental simplemente no existe una corriente o pensamiento de fondo que sustente una etapa superior a un cambio en el pensar colectivo hacia un debate ciudadano amplio y democrático. 

La conciencia no permea más allá de los problemas superficiales que aquejan a la ciudadanía en general, la poca coordinación de los distintos colectivos o asociaciones civiles, entre otro tipo de organización social, no va más allá de sus problemáticas inmediatas… esto combinado con la poca participación y concientización del pueblo, es la mezcla perfecta que lleva a la perpetuación  de un sistema que no se transforma de fondo y solamente se matiza en lo superficial e inmediato, no otorgando cambios reales que procuren un cambio a largo plazo, llevándonos a una evolución política que debería de encaminarse a un bienestar colectivo y sobre todo continuo.

  México es de los países donde existe más desigualdad entre su ciudadanía en el Continente Americano y esta desigualdad es latente ya sea por entidad federativa o región territorial, existen varios indicadores nacionales e internacionales que así lo corroboran, lo que es real y tangible es que alrededor de 60 millones de ciudadanos se encuentra en pobreza así como rezagos en  servicios públicos, salud, educación, salarios bajos, entre otros más, esto combinado con los altos índices de delincuencia en distintas regiones del país ha llevado a un estancamiento en los sectores más vulnerables donde la única salida es emigrar de sus entidades rurales a las ciudades u centros poblacionales y en el peor de los casos emigrar a Norteamérica en busca de mejorar su estilo de vida, este efecto se vio muy marcado en los 80s y sobre todo en los 90s con la entrada del tratado de libre comercio impulsado por el presidente Carlos Salinas de Gortari, el TLCAN tratado firmado por Estados Unidos, México y Canadá, sin embargo, en los últimos años los problemas se han acrecentado hasta llegar al colmo por ejemplo: de representar las remesas enviadas por los compatriotas que emigran a los Estados Unidos en una entrada de divisas de suma importancia para las familias mexicanas así como para la economía nacional, siendo solo uno de los resultados del tratado de libre comercio, por otro lado el sector empresarial se ha centrado en la formación de una industria solo destinada a la maquila dejando a un lado los sector que produce valor agregado a los productos nacionales, en pocas palabras se creó una burbuja de bienestar social, dejando en vulnerabilidad los sectores más débiles de nuestra economía. En aras del libre mercado y con la premisa a priori, que el mercado se auto regula y a más riqueza nacional más permeara en la ciudadanía o el pueblo de a pie, lo que se logro fue vulnerar y debilitar el mercado interno, ya que mientras México abrió su mercado a  estos dos gigantes del norte, dando como resultado una pelea dispar, la clase empresarial nacional en su mayoría solo se refugió en la maquila, el sector de servicios y la construcción, esta misma inercia se transfirió al gobierno que bajo una burbuja de bienestar aparente se vendió a la población la entrada al primer mundo, pero la realidad es totalmente diferente en los hechos; mercado interno débil, salarios bajos, pérdida de poder adquisitivo, la casi nula inversión en tecnología, la posesión de la riqueza generada en el país en manos de un bajo porcentaje de su población en su mayoría ligada al poder político, el desmantelamiento de las paraestatales en todos los sectores nacionales, el desmantelamiento del campo, y gran etc.

  Pero retomemos, México tiene al hombre más rico de América Latina, sin embrago, tiene también a la mitad de su población en pobreza por ingresos per capital, y a contra parte un sector muy pequeño que ostentan la riqueza del país, mientras hay zonas del sur de México en pobreza extrema y sin acceso a los servicios fundamentales que todo gobierno debe proveer, como  Educación, salud y vivienda, sin dejar a un lado salarios bien remunerados, con jornadas laborales conforme a ley establecidas las cuales en México solo están en el papel, aquí entramos en otro problema la actual ley del trabajo reformada en los últimos años que sería tema de otro análisis de fondo, el hecho es que estos grandes agravios acumulados por décadas no han logrado articular a todo un pueblo, rumbo a una reivindicación netamente social y humanitaria.

  En cambio, solamente tenemos un grupo que representa intereses propios o de ese sector que va de la mano de su bienestar de clase, aquí es donde entra la lucha de clases sociales, que por más que no se quiera hablar del tema este siempre sale a la luz en la realidad cotidiana siendo expuestos por colectivos, organizaciones sociales, centros académicos, etc. Donde existe un grupo de clase que solo ve intereses y prebendas, mientras el ciudadano solo ve pobreza e inequidad, tanto en la justicia como en lo económico… creo ese ha sido el problema que la izquierda, no ha querido llevar a la mesa del debate en los espacios políticos donde se toma las decisiones en políticas de gestión sociales y estas son retomadas solamente como bandera en época electoral. En el momento actual que vive México son de esperanza hacia un rumbo mejor pero esta inercia cuanto puede llegar a durar sin un pensamiento que vaya de la mano del actuar del político y sobre todo de un pueblo que exija sus derechos… el acto democrático no termina en el simple hecho de votar cada cierto tiempo y retirarse a sus espacios individuales en esperar que otros solucionen nuestra realidad inmediata, es momento de organizar pueblo consiente y sobre todo un pueblo con idea de un futuro, un pueblo con rumbo, que exija pero que también participe en la toma de decisiones que les concierne y de  este proceso debería crearse un pensamiento social y democrático, que empuje  una nueva manera de ver la política y sobre todo de hacer política. Es necesario hacer colectivo el debate Nacional en aras de una mejor conciencia social y sobre todo rescatando conceptos básicos como es la ética y la moral en el caminar del individuo.

  Es fundamental fijar una idea colectiva basada en la historia como pueblo, retomar el pensamiento social-ético-político, vasado en el bienestar de las mayorías, sin dejar desprotegido a los sectores minoritarios, en concreto la conformación de un pensamiento colectivo, por su puesto, con las debidas individualidades como entes que conformamos de ahí estriba  la gran tarea que conlleva un trabajo de esta magnitud, pero es fundamental para un bienestar posible y colectivo.

  Existen muchas corrientes políticas, económicas y social pero es fundamental recuperar el humanismo colectivo que alberga el pensamiento, puede ser muy subjetivo mencionarlo de esta manera, pero es necesario tomar rumbo y comenzar a caminar hacia un fin.

  Realicemos una Política Visionaria, donde el camino sea lo interesante y sobre todo colectivizar el pensamiento y la voz, un ejemplo;  en las comunidades indígenas, ahí se da el factor más natural del ser humano con sus errores, pero también sus aciertos y esas experiencias debiéramos de rescatarlas y es ahí donde comienza lo interesante del concepto, como universalizar esa solidaridad entre los individuos en el mundo actual, pero sobre todo en nuestro país,  llevamos décadas sumergidos en la inercia del individuo como único fin y no en el colectivo como una posible salvación.

  Sino comenzamos a vernos como un ente colectivo y participativo hacia la solución de nuestra pobreza individual, no pasaremos a una etapa superior del ser humano donde la voz y pensamiento tengan peso real en la toma de decisiones como pueblo y Nación.

Hector Hugo Rodríguez Vieyra.